El viernes 03 de Junio se cumplió un año de la histórica movilización bajo el lema #NIUNAMENOS. Lamentablemente, a pesar de la masividad de la convocatoria y de la repercusión que cobró en la agenda pública, la violencia de género continúa siendo una problemática que nos afecta a todas y todos.
Es en este estado de cosas que la comunidad educativa de la sede Esther Ballestrino levantó la bandera de la lucha contra la violencia machista: nos reunimos profes y estudiantes a debatir, reflexionar y problematizar aquellas cuestiones que sirven de cimientos para que la violencia de género exista.
Entendemos que la violencia hacia las mujeres se sostiene en construcciones sociales que, como tales, pueden (y deben) ser de-construidas y re-construidas. La escuela, en este sentido, tiene una obligación indelegable a la hora de re-construir esas significaciones compartidas que legitiman la violencia que sufren las mujeres. Mas aún, cuando esas mujeres son nuestras estudiantes, compañeras o vecinas de la comunidad. Entonces, es la escuela (todxs los que la componemos) la encargada de problematizar qué es ser mujer, qué ser varón, cómo se construyen esos y otros géneros y, también, cómo se instalan las desigualdades y opresiones entre géneros.
El momento de reflexión sirvió para abrir interrogantes y preguntas que no fueron cerradas; ya que a corto plazo debemos generar los espacios que sirvan para continuar indagando, cuestionando, problematizando y, por qué no, construyendo otros sentidos, basados en la equidad, en el respeto mutuo y en el reconocimiento de los derechos de todas y todos los sujetos.
Más imperante se hace esta necesidad en la actual coyuntura: donde las mujeres se encuentran aun más propensas a sufrir violencias debido a la falta de un Estado presente que genere políticas de protección y de promoción de derechos. E incluso, cuando nos encontramos ante un gobierno que desconoce las conquistas que las clases populares habían visto cristalizadas en el gobierno anterior. La incertidumbre alrededor de la continuidad de políticas educativas y sociales como el Plan Fines o el Ellas Hacen, son muestra de esto. Factores claves, esas políticas, a la hora de emancipar y lograr autonomía para las mujeres de las clases populares, doblemente afectadas por la opresión en cuestión de género y de clase.
Es por esto, que desde la Escuela Popular decidimos darle visibilidad a la problemática, abrir el debate y apostar a la organización para dar la pelea ante ella.
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