jueves, 5 de mayo de 2016

jueves, 5 de mayo de 2016

El Carácter Revolucionario de la Comunicación

El Carácter Revolucionario de la Comunicación

La comunicación, podría decirse, es la urdimbre sobre la que se sostiene la cultura. Es la práctica de ella la que ha permitido contar nuestra historia como humanidad, y poder aprender de esta. Pudimos perfeccionarnos a partir de los relatos, escritos, tallados, dibujos, etc.; es decir, la utilización de torrente de datos infinitos que permite conocer y aprender sobre que hicimos bien y que hicimos mal, para corregirnos a nosotros mismos como especie. La comunicación es un fenómeno poderosísimo, sin duda alguna. Mucho tiempo se demoró en darle status propio dentro de las teorías científicas. Las ciencias de la comunicación existen hace, no mucho más de 30 años. Subrayo como rasgo importante, la comunicación tiene una función revolucionaria en la actualidad, y es que como la rueda o la máquina a vapor, hoy la comunicación atada a las nuevas tecnologías abre las puertas a una profunda reestructuración de los modos de producción, y por ende de nuestra vida cotidiana.
Pensar en los actos educativos, es pensar en la comunicación. Y como vemos, las nuevas tecnologías facilitan el flujo comunicativo, el cerebro de nuestros estudiantes se configura de otra manera, ya no es necesario memorizar ya que todo está en la red, en la punta de los dedos del estudiante. Se pone en cuestión el saber y el hacer docente, quien hasta no hace mucho tiempo era una de las únicas fuentes legítimas del conocimiento y su producción. Indudablemente, la institución escuela está en crisis, es obvio si tenemos en cuenta que se ha corrido el eje sobre los espacios donde se produce y consume conocimiento. Hay una ruptura generacional entre docente y estudiante en tanto manejo de tecnologías, por un lado; y por otro, en tanto comprensión del mundo y como interactuar en él. Una sociedad pre figurativa diría Barbero, donde los adultos quizá tenemos que aprender mucho más de los jóvenes, que ellos de nosotros. No es para menos, el mundo que dejamos es hostil, algo no hicimos bien.
Volvemos a los relatos de nuestra historia y como actúa la comunicación en ella. Si hablamos de mundos heredados, nos encontramos que las tecnologías que permitieron la circulación de grandes flujos de información, comienzan a desarrollarse a comienzos de la década del ´90, y con ellas un feroz avance del neoliberalismo a nivel mundial y en nuestro país en particular. Durante esos primeros años desde los gobiernos se atacó principalmente toda forma de organización, como los sindicatos, clubes, organizaciones sociales y barriales, etc. Todo esto se logra a partir de la implementación de cláusulas laborales que precarizan al trabajador y las grandes empresas tercerizan las tareas, disminuyendo su cantidad de trabajadores y delegando así trabajo a pequeñas empresas, que tienen al trabajador en fuera de la ley, desorganizado y siempre pendiendo de un hilo su estabilidad laboral. Ahora bien, cuando de comunicación se trata, diremos que en los barrios obreros, hoy se llena de desocupados o subocupados, todas las familias procurando salir adelante de manera individual, la pobreza pululando en los barrios, y las consecuencias hoy conocidas.

Todo esto también se da en la condición laboral del docente secundario sobretodo, que es empujado a trabajar en numerosas escuelas y de distintos barrios, entonces la escuela comienza a perder también ese rol legitimador que antes tenía, el de trabajar como un amalgamador social. Nos encontramos primero con docentes que no conocen al barrio o no lo entienden. Más bien no entienden todo ese paquete de problemáticas que se presentaba. La crisis social es tan o más fuerte que el desarrollo tecnológico, por tanto pensar a la escuela, la educación y la comunicación debería apuntar a reconstituir lazos desechos luego de los años ´90. Comprender al estudiante no es tan sólo aprender cual es el uso que le da al celular o las redes sociales, a eso lo aprenderemos. Como adultos y docentes nos cabe la responsabilidad de reparar aquello que nuestra generación destruyó a fuerza de individualismo (aprendido a partir de los valores transmitidos en los medios de comunicación, el trabajo, la escuela, etc.), los lazos sociales y solidarios que nos dan el carácter de humanos. Es en ello que debe ponerse en práctica todas las formas de comunicación, y la comunicación cara a cara es fundamental. Como docentes es el valor y enseñanza más valiosa que podemos transmitir.


0 comentarios:

Publicar un comentario